Papel sobre papel sobre papel

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 PAPEL SOBRE PAPEL SOBRE PAPEL

Ismael lagares y Antonio Alonso

28 de septiembre al 24 de noviembre de 2012

 

PAPEL SOBRE PAPEL SOBRE PAPEL

Por Natalia molinos.

El medio es el papel para estos dos artistas que hoy presentan a la vez en el ART MUSTANG su última obra: Ismael Lagares (Huelva, 1978) y Antonio Alonso (Alicante, 1964). El papel es el soporte, pero también forma parte de la propia obra y sirve para expresar la contemporaneidad de estos pintores. Y es que, poco a poco, este tipo de superficie ha ido ganando terreno entre los artistas jóvenes por las posibilidades que ofrece frente al lienzo tradicional. Además, como podemos contemplar en esta exposición, el papel ha demostrado poder asumir la dimensión deseada por cada autor, evidenciando que puede obtener una gran presencia.

 

Los dos artistas presentes en esta muestra trabajan un formato grande, pero hay diferencias en cuanto a su tratamiento. Ismael Lagares trabaja el papel humedeciéndolo previamente, lo que provoca desde ondulaciones del soporte a que en ciertas zonas de la superficie la pintura se diluya produciendo un resultado muy parecido a la acuarela al aplicar los pigmentos –que suele utilizar en polvo-. La materia pictórica es muy variable en la obra de Lagares, tanto muy pastosa y tridimensional a completamente plana, pero siempre con gran acierto en la combinación de colores y texturas. Y aquí es donde interviene el papel de nuevo. El papel se retuerce, se desgarra, coge volumen,  se superpone en capas, se salpica –con jeringas- o se empapa de color, de materia, se traspasa con las grapas con las que el artista va componiendo la pieza en la pared hasta que el resultado funciona, se completa con pedazos aprovechados de otras piezas, cinta de carrocero usada, o cualquier otra cosa que el artista considere,  formando en muchas ocasiones un auténtico collage… Lagares utiliza el papel de infinitas maneras, sorprendiendo gratamente. A esto se une su utilización de técnicas mixtas, como ceras, lápices, objetos incorporados y su preferencia por usar los pigmentos puros… Todo este trabajo creador es emocional, visceral, como muestran sus arrebatados “gestos”: rayas, manchas, garabatos, arañazos en el papel… pero también es clara la planificación racional previa que permite al autor ese “dejarse llevar por el impulso” a la hora de la ejecución y que le otorga una libertad prácticamente sin límites en la que introduce de manera arcana y juguetona, incluso pequeñas frases o palabras casi garabateadas. La composición es la clave, por eso en sus papeles encontramos las huellas del clavado y desclavado de grapas, que a veces permanecen como testigos de este paciente proceso, en el que cada parte de la obra ha ido encajando poco a poco hasta conseguir el equilibrio perfecto. Lo que vemos en esta exposición es fruto de dos años de trabajo en los que una estancia en México de Lagares le ha dejado huella notable en su obra ya sea en las impresiones lumínicas y coloristas, o en la presencia de  formas como el arco, inspiración de las barquitas de Xochimilco jalonadas de nombres de mujeres tipo “Lupita”, que se repiten en las superficies de los cuadros. Podemos sentir, más que ver realmente, un paisaje natural o urbano muy abstraído, pero del que todavía quedan huellas y es que, en las abstracciones de Lagares encontramos formas desestructuradas que recuerdan los pasos dados por el maestro de la abstracción, Kandinsky, y su forma de desgranar lo inteligible hasta vaciarlo de sentido real y dejarlo convertido todo en puros signos gráficos o manchas de color. Lagares ofrece aire fresco en la pintura con un toque de alegría vital contagiosa sin dejar de ser técnicamente un maestro.

Antonio Alonso también trabaja sobre papel y con grandes tamaños. Pero su punto de partida es otro: el caos. Caos de materia, caos de color, de gesto, de impresión… el caos es el origen de la idea primigenia que va ordenándose conforme avanza en el tiempo y se aclara en intención. Entonces comienza a emerger la forma geométrica, puro orden y en breve surge el cubo, el cuadrado, como símbolo racional y básico del orden y la geometría.  No podemos evitar recordar las investigaciones de Josef Albers sobre esta figura. Albers fue uno de los pilares principales de la Bauhaus –un momento de la historia del arte por la que Alonso siempre ha sentido predilección- siendo en su exilio americano un referente básico para los expresionistas abstractos y sus derivaciones como el Hard Edge, que se distingue por la brusquedad en los cambios de colores, normalmente puros, utilizados en la composición –algo habitual en Alonso-, o la pintura campos de color de pintores como Barnett Newman. Todo esto está implicado en las piezas de Alonso, como también referencias al neoplasticismo… Las formas cuadradas, las rectangulares, se repiten sobre los fondos de color, en ocasiones trabajando el espacio y otorgando volumen a estas figuras. Poco a poco, Alonso ha ido soltando la mano ha medida que ha trabajado para esta exposición, incorporando a la pintura plana ciertas veladuras o transparencias experimentando con una cobertura final negra en una de las últimas piezas, en la que de nuevo, desvela en el centro de la composición una forma cuadrada con algo de color y nos hace adivinar un interesante camino a recorrer a partir de esta exposición, en la que Alonso aparece liberado de elementos superfluos por lo que la obra gana en contundencia y se muestra esencial en sus abstracciones geométricas. Es verdad que alguien dijo que el caos de la naturaleza sigue siendo orden, y así se entiende esta selección de obras de Antonio Alonso: el caos creador, una ordenación de la idea a través de la práctica plástica, prolongación de la mente hasta la brocha del artista.

 

En Papel sobre papel sobre papel, encontramos un autor figurativo-abstracto o abstracto-figurativo y un autor que parte de la gestualidad abstracta para ordenarse en geometrías que conducen a un nuevo caos creativo. Dos artistas hermanados por el soporte papel y la fascinación de la expresividad de su pintura.