NUMEROS PRIMOS del 21 de octubre al 17 de diciembre.

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NÚMEROS PRIMOS

Fernando Martín Godoy.

21 de octubre al 17 de diciembre de 2016.

Ganador del JUST ART MUSTANG premio joven 2015.

El trato de Goldbach 

Por Cristina Ramos

En teoría de números, la conjetura de Goldbach es uno de los problemas sin resolver más antiguos de las matemáticas. Su enunciado es el siguiente: “todo número mayor que 2 puede escribirse como suma de dos números primos”. Es por esto que los números primos son considerados los primeros, ya que a partir de ellos se obtienen todos los demás números enteros – por ejemplo, el 15 se obtiene multiplicando los primos 3 y 5, el 77 con los primos 7 y 11, y así sucesivamente. De igual forma, los retratos que componen esta exposición podrían ser el resultado de la multiplicación de dos números primos, dos personas, que dan lugar a una sucesión de cifras en la forma de parientes.

 

Familiares que, si bien no comparten parentesco en el estricto sentido de la palabra, son reunidos en la misma línea de sangre de la mano de Fernando Martín Godoy. Siendo fiel al esquema de su propio árbol genealógico, Martín Godoy utiliza material apócrifo como punto de partida en la composición de la imaginería de la exposición. A través de la utilización de recortes y fotografías anónimas, y su presentación como la familia del artista, la exposición establece una reflexión sobre el yo y la identidad colectiva. Mediante la creación de esta ficción biográfica, las cuestiones del yo y la identidad quedan en entredicho, ya que las obras se alejan de la representación-semejanza del parecido físico o el carácter del retratado.

 

En “Números Primos” Godoy se aleja de su tradición retratista más figurativa, dando un rodeo para dar precisamente en la diana, en la esencia de un ser humano concreto e individualizado pero expuesto en un contexto común, familiar y reconocible. A través de esta tensión establecida entre el sujeto colectivo y el individual, el artista nos hace reflexionar sobre lo que una narrativa familiar canónica representa habitualmente y sobre lo que no representa. En este escenario, el individuo y su familia, actores principales del espacio privado, juegan a representar una ‘humanidad compartida’, puesto que el material empleado ha sido tomado de muy diversas fuentes; tal vez el retrato de la madre de Fernando provenga de la imagen de una peruana, o su tío abuelo de Moscú… Al fin y al cabo, todos contenemos el mismo genoma y son las diferencias de clase, alimentación, localización geográfica, etc. lo que nos hace ser tan diversos unos de otros. La exposición ofrece un retrato de la humanidad, no solo poniendo énfasis en las diferencias de los hombres, sino también en su pertenencia a una familia. Concluyendo que la familia también es, al igual que el individuo y la sociedad, una conformación jerárquica en la que se inscriben las estructuras de poder.

 

El retrato es una constante en el trabajo tanto pictórico como objetual de Fernando Martín Godoy, pero el proyecto “Números Primos” es el más personal del artista hasta la fecha, estableciendo una semejanza directa entre su vida privada y el espacio expositivo. Aun así, el hecho de que éste árbol genealógico no esté compuesto por los retratos reales de su familia, hace que el artista se aleje de crear una nota biográfica cargada de sentimentalidad y sugiera más bien un afecto en el espectador, que inventará sus propias narrativas familiares más allá de la mera contemplación de las obras. Formalmente, las obras reducen la brecha entre las tradiciones de la abstracción y de la figuración mediante el uso de estrategias de ambos estilos. Por ejemplo, la elección de la técnica como es tinta china sobre papel intensifica las formas y la yuxtaposición de veladuras, mientras que la cuidada preferencia de cuáles son las formas escogidas para representar los rasgos faciales, balancean el aspecto figurativo.

 

Cada retrato es un elemento que propicia la construcción de una nueva identidad del sujeto colectivo-individual; es una práctica de liberación que construye su propia forma identitaria, que no puede pensarse solo en términos individuales. Al mismo tiempo, el artista es incapaz de representar a la familia sin que en cierta medida se represente también a sí mismo. Individuo y colectivo se significan por lo tanto inseparables.