Efectos Sonoros

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EFECTOS SONOROS

Nuria fuster, Pablo Bellot y Rubén M. Riera

8 de Abril al 22 de Junio

When the world is your own echo chamber.

Johanna Caplliure

“Los objetos que rodean mi cuerpo reflejan la acción posible de mi cuerpo sobre ellos”. (Henri Bergson, Materia y memoria)

La posibilidad de un cuerpo se abre en la acción producida por este. Esta acción puede obrarse sobre el propio cuerpo que actúa, sobre los objetos que le rodean o sobre el propio espacio en el que se sitúa. Cuerpos y objetos parecen cobrar la forma de un reflejo, los unos responden en los otros, como un espejo o como un eco.

Efectos sonoros es un dispositivo expositivo experimental de parámetros abiertos. Entre lo sensible y lo inteligible, la acción humana y los procesos de producción de sonido, las frecuencias y las ondas, el silencio y la palabra todo cobra sentido en su trasmisión. En ocasiones la recepción acústica se confunde con la repetición de la acción, como un eco. A cada secuencia de acciones le siguen consecuencias más o menos predecibles o contingentes de un nuevo cuerpo sonoro. Cuando nos aproximamos al sonido desde Efectos sonoros lo hacemos poniendo nuestro cuerpo en el centro de acción. Los tres artistas elegidos para este proyecto, Nuria Fuster, Rubén M. Riera y Pablo Bellot parten de este cometido, la acción del cuerpo, como formulación de efectos sonoros en los que se incluyen el silencio, el ruido, el eco o la reverberación.

 

Sounding Stone, Nuria Fuster.

Una plataforma de hierro diseñada para que el cuerpo esté abocado a vivir una experiencia que transforme sus sensaciones. La estructura de metal rompe su horizontalidad en una elevación ligera pero precisa para su finalidad. La elevación y su tendencia produce cierta inestabilidad del paso, inclinando el cuerpo que camina sobre la superficie metálica que genera una sensación de vértigo. El vértigo aparece como una sensación de mareo, de movimiento exterior que puede conducir incluso a la caída por la pérdida del equilibrio. Sin embargo, el vértigo es la consecuencia de la descompensación del oído que produce un desequilibrio en la aprehensión del espacio circundante. La inclinación de la plataforma representa la misma tendencia que produce el vértigo: un ligero o grave declive en nuestro contacto con la realidad. El vértigo produce una sensación de movimiento irreal, puesto que se trata de una sensación subjetiva de movimiento. El trastorno del desequilibrio constituye un cuestionamiento importante en cómo se reflejan los cuerpos en el espacio. Puesto que estos no son solo percibidos, sino apercibidos por sentidos como el oído que es capaz de recrear situaciones, espacios y cuerpos mediante las ondas que produce el movimiento de estos. Al igual que la experiencia de vértigo, Sounding Stone de Nuria Fuster reflexiona sobre las relaciones entre nuestra interioridad y exterioridad.

Efectos Sonoros

Efectos Sonoros

 

El silencio de un cuerpo, Rubén M. Riera.

Un vídeo multicanal fragmenta la imagen de un brazo que con la mano abierta y boca abajo se sitúa sobre un fondo negro. La imagen dividida en cuatro pantallas descompone en cierto modo la figuración real.  La mano permanece inmóvil hasta que la escala musical entra en escena: un “Do” se extiende a lo largo del plano y cuando cesa, la mano golpea el fondo negro. Repentinamente este aparece como un agua negra, algo imposible en su sustancia natural. Y entonces las ondas producidas por el choque de la mano en el agua provocan un titilante movimiento lumínico. La luz emana del agua en ondas cuando el sonido desaparece. Así la escena se convierte en una doble realidad. Como en el caso de la reverberación, un cuerpo de producción acústica pierde en la repetición su forma transformándose en otra figura.

Lapsus es el nombre del proyecto en el que Rubén M. Riera inserta El silencio de un cuerpo y como tal nos advierte de un tiempo entre dos límites. El lapso de tiempo anuncia ese transcurrir entre los límites del audiovisual. El sonido precede a la imagen que parpadea como un eco transfigurado. Al “Do” le sigue el resto de la escala en este inusual causa-efecto invertido. Este espacio de tiempo es capaz de construir una imagen audiovisual en virtud de una virtualidad del presente en el se entremezclan materialidad e inmaterial en un tiempo de dos.

 

El grito ­_ Acto de comunicación nº2, Pablo Bellot.

El cuerpo, de nuevo, se pone en el centro de la acción. Un puñetazo parece ser el acto que Pablo Bellot elige como evocación del primer ejercicio de comunicación. El grito ­_ Acto de comunicación nº2 toma como inspiración la cita de Paul Virilio: “El puñetazo es el principio de la comunicación: con el puñetazo se gana proximidad cuando ya no se tienen palabras”. Si la palabra parece el acto de comunicación más sofisticado del ser humano en el que sonido, idea y creación van de la mano brindándonos la posibilidad de encuentro, el grito -como un puñetazo- rompe con la reglas de la transmisión del mensaje. Un acto de fuerza que imprime la posibilidad de disenso. Sin embargo, este grito queda enmudecido.

En la instalación observamos como un círculo de veintiocho megáfonos rompen con todo mensaje probable. Si la finalidad del megáfono es ampliar el sonido, en este caso amplificaría el grito, este queda enmudecido por el ruido infinito. Un megáfono conduce el sonido a otro megáfono que a su vez reproduce el sonido en otro dentro de una cadena circular irrompible. Entonces el sonido ampliado permuta en ruido.

Los efectos sonoros implícitos en los tres casos nos hacen experimentar cómo el mundo deviene una caja de resonancia permanente.

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EFECTOS SONOROS

Nuria fuster, Pablo Bellot y Rubén M. Riera

8th April – 22th de June

 

When the world is your own echo chamber.

Johanna Caplliure

 

“Objects which surround my body reflect its possible action upon them”. (Henri Bergson, Matter and Memory)

The potential of a body unfolds in the action it carries out. This action can have an effect on the body that is acting, on the objects that surround it or on the actual space where it is located. Bodies and objects take the form of a reflection, they respond to each other, like a mirror or an echo.

Efectos sonoros (Sound effects) is an experimental expository device of open parameters. Among the sensitive and the intelligible, the human action and the processes of sound production, the frequencies and the waves, the silence and the word; they all make sense in its transmission. Sometimes the sound reception is mistaken for the repeated action, like an echo. Each sequence of actions has consequences that are more or less predictable or contingent on a new body of sound. When we approach the sound from Efectos sonoros we do so by putting our body in the heart of the action. The three artists chosen for this project, Nuria Fuster, Rubén M. Riera and Pablo Bellot base their work on this task, the action of the body, as a formulation of sound effects in which silence, noise, the echo and reverberation are included.

 

Sounding Stone, Nuria Fuster.

An iron platform designed to give the body an experience that transforms its bodily sensations. The metal structure breaks up its horizontality in a slight but precise elevation for its purpose. The elevation and its inclination make the step rather unstable, tilting the body that walks on the metal surface to produce a feeling of vertigo. The vertigo appears like a feeling of dizziness, of outer motion that can even make the body fall when it loses balance. However, the vertigo is the consequence of the impaired hearing that produces an imbalance in the perception of the surrounding space. The slope of the platform represents the very same tendency that produces the vertigo: a gentle or steep gradient in our contact with reality. Vertigo produces a feeling of unreal movement, seeing as it is a subjective sensation of motion. The disorder from the imbalance is an important question when it comes to how the bodies are reproduced in space. Seeing as these are not only perceived, but also detected by the senses such as the hearing, which can recreate situations, spaces and bodies by means of waves that produce their movement. Just like the vertigo experience, Sounding Stone by Nuria Fuster muses over the relationships between our inner and outer being.

 

El silencio de un cuerpo (The silence of a body), Rubén M. Riera.

A multichannel video fragments the image of an arm that, with the hand open and face down, positions itself on a black background. To a certain extent, the image that is divided into four screens breaks down the real figuration. The hand stays still until the music scale appears: a “Do” spreads all through the picture plane and when it stops, the hands hits the black background. Suddenly this looks like black water, something impossible in its natural substance. And so the waves caused by the hand hitting the water produce a shimmering movement of light. Light emanates from the water in waves when the sound disappears. Hence the scene turns into a double reality. As in the case of the reverberation, a body of acoustic production loses its form in the repetition to become another sound.

Lapsus (Lapse) is the name of the project in which Rubén M. Riera introduces El silencio de un cuerpo and as we are told from a time between two limits. The lapse of time is the harbinger of this interval between the audio-visual boundaries. The sound comes before the image that flickers like a transfigured echo. The rest of the scale follows the “Do” in this unusual inverted cause-effect relationship. This space of time can create an audio-visual image pursuant to a virtuality of the present in which materiality and immateriality intermingle in a time of two.

 

El grito ­_ Acto de comunicación nº2 (The scream-Act of communication No. 2), Pablo Bellot.

The body, again, is in the heart of the action. A punch seems to be the act that Pablo Bellot choses to evoke the first exercise in communication. El grito ­_ Acto de comunicación nº2 has been inspired by the quote from Paul Virilio: The punch is the beginning of communication: a punch brings you back into proximity when words are lacking.” If the word appears to be the human being’s most sophisticated act of communication in which sound, ideas and creation go hand in hand to give us the chance to come together, the scream –like a punch- breaks the rules of passing on the message. An act of force that conveys the possibility of dissent. Yet, this scream remains silent.

The installation shows how a circle of twenty eight megaphones break away from any possible message. If the purpose of the megaphone is to amplify the sound, in this case it would amplify the scream; this is silenced by the infinite noise. A megaphone takes the sound to another megaphone, which in turn, reproduces the sound in another within an unbreakable circular chain. So the amplified sound permutes into noise.

 

The sound effects involved in the three cases show us how the world turns into a permanent sound board.